El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es un trastorno de ansiedad que puede comenzar a cualquier edad pero se ha descubierto que en la mayoría de los casos hace su aparición en la niñez. En el siglo pasado hasta los años 80 era considerado de baja frecuencia momento en el cual por distintos estudios epidemiológicos se descubrió que del 1 al 2% de la población general lo padecía y muchos de estos pacientes mostraron que ya presentaban signos de este trastorno desde la niñez y adolescencia. Se trata de una categoría psiquiátrica que presenta obsesiones y/o compulsiones y debe cumplir con ciertos criterios para diferenciarse de los fenómenos normales. Esta enfermedad se caracteriza por pensamientos y sentimientos intrusivos, no deseados y persistentes que provocan disconfort y ansiedad (obsesiones) y/o comportamientos ritualistas repetitivos (compulsiones) cuya finalidad es la de reducir dicho disconfort y ansiedad.

Síntomas esenciales: obsesiones y compulsiones

Obsesión: pensamiento perturbador e irracional que se genera en la mente del niño o del joven una y otra vez (ej: tengo las manos sucias, me las tengo que lavar) esto ocurre aún sabiendo que no es así y esto crea mucha ansiedad.

Los niños y adolescentes que tienen este trastorno siempre piensan que algo malo va a ocurrir si no cumplen con el o los rituales. Es decir que un pensamiento obsesivo será contrarrestado con una compulsión. Por ejemplo: “si no me lavo las manos mis padres se van a morir”

Causas

Tratamientos

En la actualidad el niño o el jóven tienen que hacer psicoterapia o terapia comportamental y en muchos casos hay que apelar a los psicofármacos.

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